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Desde Salkantay Hacia Machu Picchu: Día 04

28 de septiembre, 2015

El cuarto día de Salkantay trek, un espectacular amanecer nos daba los buenos días. Radiantes nubes se movían rápidamente sobre nuestras cabezas, permitiendo que los rayos solares iluminaran todo en su camino hasta llegar a los altos picos de las distantes montañas en nuestra dirección. Tuvimos nuestro último desayuno junto a Mario, y de todas las cosas que tanto disfrute en esta aventura, era su comida lo que tal vez iba a extrañar más. Entre tazas de café y te, nuestro guía nos adelantó el plan del día, tendríamos que ir montaña abajo por un largo trayecto antes de empezar el camino hacia Aguas Calientes, el pueblo cercano a Machu Picchu. Tomamos algo de pan extra de la mesa y nos aseguramos que Blue, nuestro perro guía inca, tuviese un suculento desayuno para poder empezar la jornada.

Cuando Efrain, nuestro guía, nos dijo que muchos perros habían seguido a sus grupos hasta Llaqtapata, pero que ninguno de ellos fue capaz de cruzar el puente colgante camino a Aguas Calientes, sentimos una gran pena. A pesar de que Blue nos había acompañado tan solo las últimas 24 horas, sentía como si lo conociese por años. La idea de ver a Blue estancado detrás y negándose a cruzar el Puente me había hecho perder toda la emoción de llegar a ver Machu Picchu. Eran cerca de las 10:00 am cuando llegamos al puente, habíamos partido con la esperanza de que Blue nos seguiría. Ya en el puente, Blue se veía muy ansioso al dar el primer paso, pero con gran alivio, continuó y llegó al otro extremo.

Poco después del episodio del puente, llegamos a la Hidroeléctrica el punto de control en el cual los viajeros deben esperar mientras sus pasaportes son revisados antes de recibir la orden para continuar. Por algún motivo nuestro grupo fue detenido por un largo periodo. No sé realmente por qué, quizás por la ansiedad de la espera, Blue decidió seguir a otro grupo y lo perdimos de vista. Me sentí desmoralizado debido a este episodio, como sea nos sentimos felices de que él se dirigía a Aguas Calientes. Lo único que deseábamos era que su nuevo grupo de viaje lo alimentase de la misma manera que nosotros lo habíamos hecho.

Después de pasar el control, llegamos a las vías del tren, las cuales llevan directamente a Aguas Calientes, desde donde divisamos un pequeño mercado y algunas casas que se ubican al costado de los rieles. En el área había algunos restaurantes y tiendas donde compramos bebidas para relajarnos, mientras Mario preparaba el almuerzo. Esta fue la primera vez en todo el viaje que vimos otros turistas y exploradores. La energía y excitación se sentía en el aire, debido a que todos nos dirigíamos a Aguas Calientes y Machu Picchu.

El trayecto final de la caminata es paralelo a las vias del tren. Este trayecto lo hicimos rápidamente, ya que todos estábamos ansiosos por llegar a tomar una ducha de agua caliente y acostarnos en confortables camas.

Después de hacer el check-in en nuestro hotel de Aguas Calientes, salimos a explorar las tiendas llenas de una gran variedad de souvenirs, antes de encontrar un buen restaurante para cenar. Al retorno de la cena, finalmente me duche después de 4 días. Por algún motivo desconocido, aún envuelto en mi toalla, caminé hacia la ventana para dar una ojeada a fuera. Para mi sorpresa, vi a Blue caminando por la calle. Julia y yo nos vestimos y bajamos rápidamente a su encuentro. Blue había desaparecido.

Tras buscarlo por unos minutos, empezamos a preguntar a las personas del lugar. Un muchacho lo había visto recientemente, y me dirigí en dirección donde supuestamente vio a nuestra mascota. Había pasado más de medio día para poder reencontrarnos con Blue. Julia y yo compramos algo de comida para nuestro fiel amigo, y nos sentamos afuera del hotel para disfrutar un momento con el. Me sentí muy feliz de poder decirle adiós de una manera apropiada.

El descenso desde Llactapata hacia la planta Hidroeléctrica y luego hacia Aguas Calientes fue muy empinada y lodosa en algunos puntos. En la parte baja se encuentra un puente colgante desde donde el trayecto fue más o menos plano. Las últimas 6 millas (9.65 km) de caminata son al lado de las vías del tren las cuales cruzan Aguas Calientes, de extremo a extremo, el pueblo de descanso antes de llegar a Machu Picchu. Fue realmente bueno llegar a Aguas Calientes, donde pudimos tomar un buen baño después de 4 días.

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