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Salkantay Trek Day 05: Machu Picchu y Huayna Picchu

08 de octubre, 2015

En nuestro quinto y último día de caminata de Salkantay trek nos despertamos temprano, mucho antes de la salida del sol. Tomamos a medias nuestro desayuno en el bar del hotel, y estuvimos frente a la puerta del mismo a las 5:00 am para tomar el primer bus que sale hacia las puertas de la ciudadela. Además deseábamos pasar un momento en la mañana con Blue antes de nuestra visita a Machu Picchu, en agradecimiento a su compañía. Durante la noche habíamos buscado en el internet alguna manera de traer a Blue con nosotros a casa, pero no encontramos una manera de hacer esto posible.

Increíblemente, cerca de 100 personas ya estaban esperando por el bus en la estación de Aguas Calientes cuando nosotros llegamos. Aparentemente, muchos turistas y viajeros querían empezar el día temprano. Afortunadamente, había suficientes buses para todos, nosotros subimos en el quinto bus.

Llegamos a las puertas de la ciudadela de Machu Picchu cuando aún estaba oscuro, justo antes de que las puertas se abrieran al público. Nos encontramos con nuestro guía, Efrain, y los otros miembros del grupo. Efrain tenía un plan, nos habló sobre la mejor vista del lugar, y si nos apurábamos seríamos lo primeros en llegar, y de esa manera tomar fotos de Machu Picchu cuando aún no hay turistas alrededor. Como amante de la fotografía, eso me sonó a un excelente plan.

Tan pronto caminamos hacia la puerta de la ciudadela, los primeros rayos del sol empezaban a despuntar. Seguíamos de cerca a Efrain, mientras nos contaba historias acerca de Hiram Bingham y leyendas Incas. Cuando llegas a nuestro destino del cual él nos había hablado, me quedé estupefacto. Antes de este punto, me había imaginado las ruinas de la manera que uno se puede imaginar, pero esto era algo totalmente indescriptible. En un segundo sentí como todos los años de sueños se hacían realidad. Ver Machu Picchu, había sido desde siempre para mi mucho más que un lugar en mi lista de espera, se había vuelto de alguna manera una obsesión. Era un momento muy especial estar allí y poder ver a Machu Picchu con el Huayna Picchu de forma cónica e imponente como fondo de esta.

Efrain nos guió alrededor de la ciudadela durante algunas horas mientras en el recorrido profundizaba más y más en los detalles sobre este histórico lugar Inca. Al igual que en mi visita al Coliseo Romano, o las grandes catedrales europeas, me dejé llevar mentalmente a un lugar donde sentía estar viviendo en un tiempo diferente. Un poco de fantasía definitivamente ayuda a traer la historia e historias a la vida.

Disfrutamos por cuatro horas en la ciudadela antes de seguir nuestro camino hacia Huayna Picchu por un pequeño pico empinado. A pesar de lo pequeño, fue un poco difícil empezar el ascenso, mientras nos deteníamos para ver y oír más acerca de los restos arqueológicos por los cuales caminábamos. Fácilmente hubiese podido pasar algunos días en este lugar explorándolo, desafortunadamente tenía solo un día para hacerlo.

El ascenso hacia la cumbre de Huayna Picchu fue corto, pero muy empinado. El camino era bueno en muchas partes, pero deseaba tener unos zapatos de estación en vez de los que llevaba para escalar. Temprano aquel día, Efrain nos hablo acerca de los tres animales más importantes en la cultura Inca. Estos son los tres representantes totémicos de la cruz inca, un puma, un cóndor y una serpiente. Desde lo alto de Huayna Picchu pudimos ver que Machu Picchu fue hecha en forma de cóndor.

Los incas construyeron el sendero por la ladera de Huayna Picchu y lo dividieron en secciones de terrazas y templos. Muchos creen que fue utilizado como torre de vigilancia. Otros creen que fue el hogar del sumo sacerdote y las vírgenes locales. Cada día antes de la salida del sol, el sumo sacerdote bajaba hasta Machu Picchu para señalar la llegada del nuevo día.

En la cumbre del Huayna Picchu, los cielos se abrieron con un aguacero inesperado. Tuvimos que descender rápidamente por la montaña y llegar a las puertas de ingreso para encontrar refugio. Para nuestra sorpresa, ¿adivinen quien esperaba allí por nosotros? ¡Blue! Fue increíble verlo por última vez. Los dioses incas nos sonreían aquel día. Ese fue nuestro regalo de la Pachamama.

La parte final de nuestra caminata fue abordar nuestro tren en Aguas Calientes, hacia Ollantaytambo, y acabar el viaje de regreso a Cusco en nuestro bus. En suma, una caminata maravillosa y un viaje altamente recomendado.

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